LA CRESTA DEL GALLO , también conocida como La Panocha, es un relieve que forma parte del Macizo de la Sierra de Carrascoy. Se extiende a través de la cordillera sur del municipio de Murcia y su punto más alto alcanza los 523 metros de altitud.

La subida comienza en la zona de San José, y a medida que los ciclistas ascienden, la carretera presenta tramos de pendiente constante, con algunas zonas con rampas que rondan el 10-12% y otros picos donde se alcanza ese 14%. Tiene una distancia de 4,5 Km . La parte final de la ascensión es especialmente dura, ya que la pendiente se hace más empinada justo antes de coronar, lo que pone a prueba a los ciclistas en los momentos finales de la subida.

Es una subida que, aunque no tan larga como otras de mayor categoría, tiene un desnivel importante que, junto a su exigencia y estar a solo 12 Km de meta  la convierte en un desafío en el recorrido de la Vuelta a Murcia.

Tras coronar la Cresta del Gallo, los ciclistas descienden por una carretera técnica hacia la zona de los Teatinos. Esta bajada es rápida y sinuosa, lo que requiere habilidad y concentración para evitar posibles riesgos.

sigue su camino hacia el Santuario de la Fuensanta, un lugar icónico de la ciudad, famoso tanto por su belleza como por su valor religioso. Aquí, el recorrido ofrece una mezcla de paisajes urbanos y naturales.

Finalmente, los ciclistas llegan a la Gran Vía, la arteria principal de la ciudad, donde se sitúa la meta. Esta llegada urbana es perfecta para el sprint final, con la emoción de la afición y la determinación de los corredores luchando por el triunfo.

En resumen, este tramo de la Vuelta a Murcia combina la dureza de la subida a la Cresta del Gallo, una bajada técnica, y un paso por lugares emblemáticos de la ciudad, culminando con un final espectacular en la Gran Vía de Murcia.